SE NOTA que en Castilla y León ya estamos en campaña electoral. ¿Cómo lo percibimos? Pues por lo bajines que dicen en mi pueblo: porque la bisagra de la puerta lleva demasiado tiempo sin engrasarse, y entonces se pone como una loca a ladrar a la perra de al lado. Y claro, de repente se prepara un concierto chirimoyesco que no sabes si la perra es una bisagra, o si bisagra es una perra que no deja de ladrar para que se jodan los vecinos por no echar a la bisagra un rescaño de pan a tiempo.

Lo viví en directo el lunes. Tuve que ir a Madrid, una vez más, para reparar unas tuberías, que aparecen un calador de agujero redondo. A las 17 en punto tomé el Avant de retorno a casa con puntualidad alemana. Pero al medio kilómetro de la salida chamartiniana –no más–, nos sorprendió un parón de 35 min

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