En la cultura popular mexicana, uno de los remedios más comunes tras vivir una experiencia que genera miedo o nerviosismo —un sismo, un accidente o una mala noticia— es comer un bolillo .

La escena es bien conocida: alguien se lleva un susto, y de inmediato alguien más le ofrece un bolillo “ para el susto ”. Pero ¿realmente tiene fundamento científico esta práctica o es solo una costumbre?

Comer pan o bolillo tras un susto es una tradición que se ha transmitido de generación en generación. Para muchas personas mayores, esta costumbre tiene un valor casi terapéutico, ya que se asocia con “asentar el estómago ”, calmar los nervios o incluso evitar que “se suba la bilis”, una idea relacionada con la medicina tradicional.

Sin embargo, aunque esta práctica es muy popular, no existe ev

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