San Benito escribió en su Regla que “la muerte está apostada junto al umbral del placer”. Esta advertencia contra la concupiscencia puede tener su traducción laica y del siglo XXI en que los excesos se pagan. Llegó el final del verano y con el otoño es fácil que también lo hagan los remordimientos por los excesos cometidos durante las vacaciones. ¡Vaya por Dios! Con todo el esfuerzo y empeño que habíamos puesto en la operación #AVerSiQuepoEnElBañadorDelAñoPasado y ahora, que ha empezado a hacer fresquito, resulta que lo que no nos entra ni a tiros es el pantalón, ese de entretiempo que dormía en el armario desde la primavera. Para muchos, llega la hora de apuntarse y pagar un gimnasio -lo de ir, ya si eso, lo vamos viendo- o la de empezar (e incumplir religiosamente) una dieta, para

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