En 1979, la revolución iraní sacudía al mundo. Las imágenes de multitudes invadiendo la embajada de Estados Unidos en Teherán dieron la vuelta al planeta y marcaron el inicio de una de las crisis diplomáticas más tensas de la historia reciente.

Mientras 52 rehenes eran retenidos dentro del edificio, seis diplomáticos lograron escapar y refugiarse en secreto en la residencia del embajador canadiense. Estaban atrapados en un país en llamas, con la certeza de que, si eran descubiertos, sus vidas terminarían allí mismo. Lo que parecía un callejón sin salida se transformó en una de las operaciones más insólitas de la CIA, con un plan tan audaz como cinematográfico : simular el rodaje de una película de ciencia ficción para rescatarlos.

De esa trama, que en su momento fue información clasi

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