Cuando Levi Strauss emigró de Baviera a Estados Unidos en 1847, no buscaba oro ni fama. Solo quería sobrevivir tras la muerte de su padre y el futuro incierto de su familia.Durante la fiebre del oro, recorría California cargando rollos de tela y botones.

Pero pronto descubrió que el oro no estaba en las minas, sino en escuchar las quejas de los mineros: sus pantalones se rompían demasiado rápido.Strauss, junto con el sastre Jacob Davis, ideó algo revolucionario: pantalones reforzados con remaches de cobre, hechos para durar.

No eran moda, eran resistencia. Los vaqueros se convirtieron en la segunda piel de vaqueros, ferroviarios y granjeros en todo el Oeste. Levi nunca se casó, ni presumió de su fortuna.

Prefería donar a orfanatos y financiar becas en la Universidad de California. Su ap

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