La medalla de la ciclista balear corona el gran despertar del ciclismo femenino español en Ruanda, con cuatro medallas
Mavi García es una luchadora, la mujer de acero que resiste, se agarra a su fuerza de voluntad, a su capacidad de sufrimiento, a su sueño cuando sobre los adoquines matadores atacan la neozelandesa Niamh Fisher Black o la canadiense Magdeleine Vallieres, más fuerte aún, mujeres nacidas con el siglo a las que ella, de 41 años cumplidos en enero, podría haber enseñado a montar en bicicleta. Solo cede cuando la energía física se agota. Solo entonces, los últimos metros, y apenas tiene fuerzas para pedalear en la última cuesta, empieza a mirar para atrás. Pedalea a cámara lenta, como la neozelandesa. Aunque se acerca a ella, más por efecto del agotamiento de la rival que por