Jacob Shaul es el típico estudiante de preparatoria que pasa los sábados jugando al ajedrez y devora libros de Malcom Gladwell y Angela Duckworth. Explica los principios de la computación cuántica con la misma facilidad con la que toca un solo de batería con su banda. Y, tras aprender a programar, decidió compartir su pasión fundando una organización sin fines de lucro que ha impartido cursos gratuitos de programación a más de mil estudiantes en los cinco continentes.
Lo que comenzó como una prueba individual en la antigua escuela secundaria de Shaul, Live Oak School, es ahora una operación de 16 personas que ofrece cursos de una semana, tanto en línea como presenciales, en más de 30 instituciones, incluyendo más de una docena de escuelas y residencias de ancianos en el área de la Bahía d