El crimen del padre Amaro se convirtió en una de las películas más polémicas del cine mexicano, incluso censurada tras exponer de manera directa a la Iglesia católica y sus nexos con grupos delictivos pero en particular, el aborto, un tema que en aquel momento estaba completamente criminalizado en México, recordemos que fue hasta el 2007 cuando se despenalizó en Ciudad de México.
El filme se estrenó en un país profundamente conservador. A principios de la década de los 2000, hablar de sexualidad era un tabú y las mujeres que enfrentaban embarazos no deseados tenían nulas opciones legales y médicas, pues hasta ese momento ningún estado de la República había logrado despenalizarlo.
La historia, dirigida por Carlos Carrera y escrita por Vicente Leñero, sigue a Amaro (interpretado por Gael