El café colombiano, reconocido mundialmente por su calidad y prestigio, enfrenta un momento delicado. La llegada masiva de granos brasileños al país, impulsada por los aranceles que Donald Trump impuso a Brasil, despierta preocupación entre los productores nacionales, que ven amenazada la credibilidad de la marca “Café de Colombia”.
Las cifras reflejan la magnitud del cambio. Solo en agosto, los envíos brasileños hacia Colombia crecieron un 578% frente al año anterior, alcanzando 113.000 sacos de 60 kilogramos, según datos de Cecafé, el gremio que representa a los exportadores de Brasil. En contraste, las exportaciones brasileñas hacia Estados Unidos se desplomaron un 47% en ese mismo mes, mientras que México registró un salto del 90% en sus compras.
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