Son laboriosas, pero es un plato que no debemos perder. Son una seña de identidad de la cocina asturiana. Se pueden rellenar de multitud de ingredientes, aunque lo más importante es que la cebolla esté bien cocinada, que se deshaga en la boca, que la nota dulce esté equilibrada y que la salsa aporte sabor. Por suerte, son muchos los restaurantes que las siguen preparando y como cada semana 'la gran afición', formada por 50 personas, emite su veredicto.
Es un «lugar humilde», donde «cocinan como los ángeles». Todo «en plan muy casero».
Otra «buena referencia de la cuenca del Nalón», «con abundante relleno» y «mucha salsa», de «toma pan y moja».
Más tradicionales, «imposible», «caseras, caseras». «Llevan muchos años preparándolas», y «le tienen pillado el punto».
Son «diferentes, porque