En septiembre de 2025, la economía argentina vuelve a exponer su vulnerabilidad estructural bajo el experimento libertario. El modelo de Milei, sustentado en un “ancla fiscal” extrema y la liberalización abrupta de precios y regulaciones, no construye estabilidad productiva: la sustituye por rescates financieros trimestrales. Cada tres meses, la economía ingresa en un ciclo de tensiones cambiarias y deterioro social que solo se contienen mediante inyecciones externas, a costa de hipotecar la producción futura.

Desde la devaluación inicial de diciembre de 2023 hasta el reciente anuncio de un swap con el Tesoro estadounidense por US$20.000 millones (todavía sin concretar), el patrón es claro: la cuenta financiera reemplaza a la cuenta corriente como sostén del modelo. El ingreso de dólares

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