El taxi lo dejó en el Hotel Carrera, a unos pasos de La Moneda. Era marzo de 1971 y Michael Mauney, joven fotógrafo de la revista Life, llegó a Santiago con un encargo especial: retratar el Chile de Salvador Allende, el primer presidente marxista democráticamente elegido en el mundo.

El país vivía días de agitación política: murales y propaganda callejera cubrían las paredes de la ciudad. Pero lo que más sorprendió a Mauney era la tranquilidad que se respiraba. La gente solía detenerse a leer el diario, tomar café o lustrarse los zapatos; las personas a veces se sentaban en los bancos de las plazas a conversar. Ese ánimo y la amabilidad que encontró entre los chilenos hicieron sentir muy a gusto a Mauney, aun cuando no hablaba español.

—El ritmo de Santiago era relajado y la gente era mu

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