Castilla y León es una región con un legado patrimonial inmenso e imponente forjado a lo largo de siglos y siglos de historia del que puede disfrutarse en pueblos y ciudades de la comunidad, pero también en el mundo, fruto del expolio, la especulación o el desprecio al arte en tiempos pasados.
Es el caso que ocupa estas líneas de LA RAZÓN de este domingo, que tiene que ver con uno de los capítulos más negros e incluso turbios de la historia de Valladolid, y más en concreto de su inacabada pero espectacular Catedral.
Se trata de la antigua reja del coro de la Seo vallisoletana, una obra maestra del siglo XVIII realizada por el artesano Rafael Amezúa de Elorrio y encargada por el obispo Isidro Cosío y Bustamante, que sobresale por tamaño, enorme e imponente, así como por sus preciso