Hay títulos, nombres, que parecen como caídos del cielo. Que se ajustan a los programas como un guante. Son auténticas revelaciones. Este es el caso del que bautiza al actual formato de tardes presentado por Joaquín Prat. El tiempo justo homenajea a su padre por El precio justo, pero va mucho más lejos. Es cierto que se trata de uno de esos títulos comodín que lo mismo sirve para un roto que para un descosido, para un magacín que para un concurso. Pero sea como fuere, es un hallazgo. La televisión es velocidad. En la televisión el tiempo siempre es oro, porque en la tele comercial siempre hay que dar paso a la publicidad, que es la que manda. Por eso será muy pertinente emplear la muletilla de que queda el tiempo justo para esto y para lo otro.

Cuando uno encuentra un título tan a

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