No hay una, sino miles de versiones de Zoé en el Estadio GNP .
Cada quien guarda la suya en la palma de la mano. Pese a la lluvia , ese improvisado firmamento de luces no son estrellas, sino pantallas de celular que brillan como si no fueran a apagarse nunca.
Muchos de los 60 mil asistentes retienen, en distinta resolución a través de sus celulares, a León Larregui saliendo del escenario casi 50 minutos tarde, y recuerdan que en 2006 bastaba tan solo con cerrar los ojos para dejarse arrastrar por “Memo Rex Commander” .
En 2025, la memoria es distinta y se confía a ese aparato móvil que captura imágenes lo que antes solo se guardaba en la entraña.
No importa ni la lluvia que los empapó, pero les dio tregua al iniciar el esperado concierto, ni el tiempo que ha pasado sobre