El veto del Congreso a transferir las competencias de inmigración a Cataluña (la última exigencia de Junts a cambio de sus siete votos) representó el pasado martes no solo un nuevo revés para el Gobierno, sino también un duro golpe a la cohesión entre sus socios parlamentarios. ¿Está dinamitado el bloque de investidura? A la vista de lo acontecido en las tres últimas semanas, con sucesivas derrotas del Ejecutivo (las anteriores fueron el recorte de la jornada laboral y la creación de una Oficina Anticorrupción) así lo parece.
Esta última fractura complica aún más las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado para 2026, al poner de manifiesto la dificultad del Ejecutivo para reunir a todos los actores en torno a un proyecto común y, sobre todo, poder satisfacer las demandas de