La Plaza de San Pedro acogió este domingo, 28 de septiembre, la Misa del Jubileo de los Catequistas, presidida por el Papa León XIV, quien dirigió una homilía centrada en el compromiso de la Iglesia con los más pobres y en la misión de los catequistas como testigos vivos del Evangelio.

Durante la Eucaristía, el Pontífice ha entregado también un crucifijo a 39 catequistas procedentes de todo el mundo, signo visible del ministerio que la Iglesia les confía.

En su homilía, León XIV ha llamado a los presentes a abrir los ojos y el corazón ante la realidad de los más necesitados. “El hombre que vive en la abundancia no tiene nombre, porque se pierde a sí mismo, olvidándose del prójimo. Está lleno de cosas y vacío de amor. Sus bienes no lo hacen bueno”, ha advertido.

En este sentido, el Santo

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