El tamaño de la evasión fiscal en México es “abrumador”, pues se calcula que las llamadas empresas factureras –aquellas que emiten comprobantes por obras o servicios que nunca se realizaron, para evadir el pago de impuestos– ya manejan alrededor de 3.1 billones de pesos, con un impacto directo de 1.41 billones de pesos que no llegan a las arcas públicas.

De acuerdo con un estudio de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, el principal reto de las autoridades no es tanto la identificación de dichas compañías fraudulentas, sino la judicialización de los casos, pues hoy las sanciones en contra de ellas son muy escasas, lo que propicia la impunidad.

El documento, elaborado por el vicecoordinador del grupo parlamentario guinda, Alfonso Ramírez Cuéllar, recalcó que sólo entre 2014 y

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