Los agricultores estadounidenses dedicados a la soja enfrentan una crisis creciente luego de que China suspendiera sus compras en represalia a los aranceles proteccionistas impuestos por la administración de Donald Trump. El gigante asiático, principal cliente del sector, no adquirió ni un solo cargamento desde mayo y se volcó a proveedores alternativos como Argentina y Brasil.
El golpe es especialmente duro porque, hasta el año pasado, China absorbía cerca de una cuarta parte de toda la soja cultivada en Estados Unidos. En 2024, el país exportó soja por unos 24.500 millones de dólares, de los cuales más de 12.500 millones correspondieron a ventas a China. La Unión Europea, segundo mercado en importancia, importó apenas 2.450 millones en comparación.
“Esta es una alarma para nuestra indu