DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Don Chinguetas llegó a su casa cuando pasaba ya la medianoche. Su esposa le preguntó dónde había estado. “En una fiesta de la oficina -respondió él-. Nunca me he aburrido tanto”. “Si te aburrías -acotó la señora- ¿por qué tardaste tanto en regresar?”. Explicó don Chinguetas: “Es que no hallaba mi ropa”.

El joven Tirilito tenía 18 años de edad, y andaba siempre en un estado de gran nerviosismo, desasosiego e inquietud. Preocupado, fue a la consulta de un doctor, pero el médico no había llegado. Lo recibió la enfermera, una voluptuosa pelirroja de exuberantes dotes anatómicas. Bien pronto creció el interés de Tirilito al verla. Lo notó ella, pues el interés era visible, y le preguntó: “¿Por qué vienes a la consulta del doctor?”. Tirilito le explicó lo de su nervi

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