En , Álvaro Odriozola vivió una de esas noches que, más allá del resultado, se quedan grabadas en la memoria. El lateral fue titular por la lesión de Jon Aramburu y no desaprovechó la oportunidad: marcó el gol que adelantó al conjunto txuri-urdin, aunque su equipo terminó cayendo ante la reacción del Barça, liderada por un Lamine Yamal desatado.
La confesión de Odriozola
Ese gol no fue uno más. Fue un desahogo, una liberación, una especie de revancha contra todo lo que venía arrastrando. Porque Odriozola no llegaba a ese partido desde la tranquilidad o la continuidad, sino desde un túnel oscuro de frustraciones, lesiones y dudas. Y eso se notó tanto en su celebración como en sus palabras posteriores frente a los micrófonos de Movistar Plus .
“Mucho orgullo, no te voy a mentir”