En la primera habitación de su casa en el barrio Conquistadores, Pilar Durán Noreña —doña Pili como la llaman con cariño— tiene su taller de modistería: un espacio con varias máquinas de coser, atiborrado de telas coloridas y brillantes, así como de lentejuelas, pedrería, flecos y un sinnúmero de accesorios con los que elabora los deslumbrantes vestuarios que caracterizan a los bailarines caleños.

Hace 30 años, cuando trabajaba como modista de vestidos para matrimonios y quinceaños, por iniciativa de un bailarín que la buscó para confeccionar su traje, doña Pili comenzó a especializarse en, como ella misma lo define, “crear y diseñar trajes para bailarines de salsa”.

De acuerdo con Pilar Durán, confeccionar un vestido o un traje de baile, con todos los accesorios, puede tardar entre un

See Full Page