Fue en el ecuador de los 90 cuando un grupo de cantautores de distinta procedencia desplegó su arte en pequeñas salas de Madrid y los medios de comunicación, ávidos de fenómenos con los que alimentarse, hablaron de una nueva generación que jamás fue tal. Ahí estaban, entre otros, Pedro Guerra, Javier Álvarez, Rosana, Ismael Serrano, Ella Baila Sola y Tontxu (Bilbao, 1972). ¿Formar parte de esa falsa «generación» fue ganancia de pescadores? «Yo creo que fue ganancia del público –reflexiona–, que nos sorprendió a todos, incluidas las multinacionales, acudiendo en masa a vernos cantar a locales donde cabían solo 90 personas y otras 200 se quedaban fuera. Sí, en este caso fue ganancia del público. Algunos de los que has citado llegaron a vender millones de discos. Había un pequeño vacío y de

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