La sequía de Osasuna fuera de casa se prolonga y el equipo de Lisci sigue bloqueado en un escenario ya no solo árido como visitante sino, tras encuentros como el de La Cartuja , simplemente abrasador. Son cuatro partidos en los que, por unas circunstancias u otras, por la talla del rival o los errores propios, por el peso de los aciertos sobre los defectos, se ha regresado siempre de vacío. Rivales distintos y encuentros diferentes han llevado a Osasuna a la misma situación. La conclusión general es que no hay modo de puntuar, aunque descendiendo al detalle, citas como la del Betis se convierten en un jeroglífico imposible de resolver si los fallos propios escriben la historia del partido. Dos desaciertos graves de Catena y Boyomo, con veinte minutos de margen entre uno y otro,

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