Esta tradicional flor que se coloca cada 29 de septiembre en los hogares católicos también tiene efectos medicinales
Cada año, vendedoras provenientes de comunidades indígenas de Guerrero y Morelos llegan a los mercados con cruces elaboradas con flor de pericón. La costumbre dicta colocarla en puertas y ventanas el 29 de septiembre, de cara a la celebración de San Miguel Arcángel para ahuyentar al demonio, pero también tiene usos medicinales y hasta se utiliza como insecticida.
Esta flor, que también se ofrece en ramos, no solo aleja a los malos espíritus. De acuerdo con el señor Flores, vendedor de la zona sur, cuando se seca, se puede utilizar en té para aliviar malestares estomacales, cólicos, estrés y hasta la ansiedad. “Unas cuantas flores son muy buenas, y no importa que ya esté s