Es al menos irritante advertir cómo el lenguaje periodístico escrito y el radiofónico y televisivo asume palabras provenientes de determinados ámbitos, donde tienen su lugar de nacimiento y precisión, sin respetar su sentido propio o sin reconocer que se están usando esos términos sin respetarlos. Así por ejemplo “empatía” (y sus derivaciones, también advenedizas), “tabula rasa”, “revolución cultural” y otros términos.
Sobre “empatía” debería tenerse en cuenta y respetar su sentido, nacido en la filosofía fenomenológica contemporánea. Al respecto habría que tener en cuenta el pensamiento preciso de Edith Stein en su libro, precisamente, “Sobre la empatía” (felizmente hace pocos días una escritora filósofa argentina se ha ocupado de la cuestión).
En cuanto a “tabula rasa”, su origen está