La camiseta blanca volvió a latir en el Juan Carmelo Zerillo. No es solo un color ni un diseño: es el regreso a casi al punto de origen, a las raíces de un club que supo forjar identidad en el conflicto y en el anhelo de pertenencia. En el partido de este fin de semana, Gimnasia salió al campo con una casaca completamente blanca, despojada de la tradicional franja azul, en homenaje a René Favaloro. Un gesto si bien fue en representación de la piel del quien más sabía del corazón, es también un vínculo que lleva a los cimientos del fútbol albiazul y la separación total con Estudiantes.

El recorrido hacia esta camiseta blanca es también el relato de un club que fue pionero en el fútbol argentino. Gimnasia nació en 1887 como una entidad destinada a la práctica de la gimnasia y el esgrima, pe

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