Quince años antes que ETA pusiera en marcha las conclusiones de la ponencia “Oldartzen”, con la que "socializaba el sufrimiento" (podían matar a quién les diera la gana) y asesinara a Gregorio Ordóñez en San Sebastián, se desarrolló en el País Vasco una siniestra estrategia destinada a reducir a la nada la actividad de un partido político: la Unión de Centro Democrático (UCD), el partido de Adolfo Suárez, un hecho del que se no se habla mucho.

ETA se propuso, y de alguna manera lo consiguió, acabar con las actividades del partido y lo hizo mediante el asesinato de seis de dirigentes en 1978 y, sobre todo, en 1980. Acciones criminales que complementaron con el secuestro en Madrid de Gabriel Cisneros (fallido, aunque le hirieron de gravedad) y Javier Rupérez. T odo al más puro estilo mafi

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