La relación entre y estuvo en boca de todos hace casi dos décadas atrás. Eran la pareja de príncipes perfecta. Guapos, con éxito en lo profesional, en l institucional y quizá mucho menos en lo sentimental. Al menos sí cuando estalló la bomba que dejó a la hija pequeña de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia con el corazón roto y con la opinión pública opinando sobre los motivos de su inesperada ruptura.

La pareja tenía planes de boda e incluso desde palacio se llegó a fijar fecha para el enlace que vestiría de gala las calles de Estocolmo en 2010. Pero el escándalo llegó antes que el ‘sí, quiero’, cuando saltó a los titulares una imperdonable infidelidad por parte de él. El apuesto abogado se convirtió en el enemigo público, en el malo de la película. Ella estaba destrozada y

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