
Doñana es un espacio natural protegido cuya biodiversidad depende del equilibrio de sus ríos, humedales y zonas estacionales de agua. Ahora, la posible llegada de una especie invasora despertó preocupación entre expertos en conservación. Y es que cualquier alteración en la fauna o en los ecosistemas puede tener efectos significativos sobre especies autóctonas .
En este marco, el seguimiento de estos cambios se considera fundamental para preservar la estabilidad ecológica y el valor internacional del humedal.
¿Cuál es la especie invasora que podría llegar a Doñana y colapsar el ecosistema?
El siluro ( Silurus glanis ), un voraz pez invasor presente en el Guadalquivir , ha sido identificado como un riesgo importante para los ecosistemas fluviales andaluces.
La Asociación Rastrea, una agrupación conservacionista dedicada a la recuperación de los distintos ecosistemas andaluces, explica que la expansión del siluro hacia Doñana no sería un hecho aislado, sino resultado de la falta de control por parte de las administraciones.
Según Juan Carlos Reins, portavoz de Rastrea, este pez constituye un superdepredador que se alimenta de especies autóctonas en peligro, como el fartet, el samaruc o la anguila europea.
Además, compite con depredadores nativos y altera la cadena trófica de los ríos, provocando un impacto que podría considerarse irreversible si se establece en Doñana.
Impacto sobre aves y anfibios
Y en este sentido, cabe remarcar que el siluro no afecta sólo a peces. Investigaciones realizadas en Francia y Alemania muestran que puede depredar sobre polluelos y aves adultas que descansan sobre el agua. En Doñana, esto pondría en riesgo especies como :
- Fochas.
- Patos.
- Garzas.
- Cerceta pardilla, el pato más amenazado de España.
Además, se alimenta de ranas, renacuajos y pequeños galápagos, alterando charcas estacionales y convirtiéndolas en espacios sin vida. La combinación de presión sobre peces, aves y anfibios genera un cambio profundo en la dinámica de Doñana.
¿Qué factores favorecerían su expansión en Doñana?
La Asociación Rastrea señaló que la gestión hidráulica contribuye a la dispersión del siluro.
Los desagües del embalse de Iznájar, con capacidad de 432 metros cúbicos por segundo, carecen de sistemas de retención de fauna o filtros biológicos , lo que facilita la llegada de esta especie hacia el Guadalquivir.
Según Reins, el canal de salida del embalse funciona como una autopista para el pez, sin que se hayan implementado medidas de contención básicas. Este déficit de control incrementaría así la probabilidad de que el siluro alcance Doñana y se establezca en sus humedales.
Consecuencias internacionales de la llegada del siluro y medidas reclamadas
La llegada del siluro a Doñana también podría tener repercusiones en la percepción internacional de la gestión ambiental española.
Cabe recordar que el parque está bajo vigilancia de la Unesco y la Comisión Europea debido a su estado crítico, y la aparición de esta especie invasora podría intensificar la presión sobre las autoridades.
Por ello, Rastrea reclama:
- La depuración de responsabilidades en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las consejerías competentes de la Junta de Andalucía.
- Un plan específico para la detección, contención y erradicación selectiva del siluro.
Según el portavoz, una vez que el siluro se establezca en Doñana, su erradicación será prácticamente imposible . La prevención se presenta como la única estrategia eficaz para proteger la biodiversidad y el equilibrio de uno de los ecosistemas más valiosos de España.