El poder, cuando permanece demasiado tiempo en la misma mesa, termina confundiendo lo público con lo privado, lo institucional con lo familiar. Pedro Sánchez lleva más de siete años en la Moncloa y, en ese lapso, los límites que deberían separar lo que pertenece al Estado de lo que corresponde a su círculo íntimo se han ido desdibujando hasta rozar la caricatura . Hoy, con ironía pero también con alarma, hablamos de Sánchez S.A. : una sociedad anónima del poder en la que confluyen el presidente, sus amigos más fieles como Koldo o Cerdán, su hermano y, sobre todo, su esposa, Begoña Gómez.

El capítulo más delicado lo protagoniza precisamente ella. Su nombre aparece en informes oficiales, en agendas privadas y en reuniones con empresarios que, poco después, obtuvieron contratos mil

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