Era un terreno plano y firme, sin indicios de que allí pudiera existir una fosa común repleta de cadáveres.

Pero un grupo de expertos especializado en la búsqueda de fosas comunes y otro que busca a desaparecidos estaban convencidos de que ese terreno, ubicado en un rancho del estado de Jalisco, contenía los cuerpos de personas desaparecidas.

A pesar de los esfuerzos manuales de los integrantes de ambos grupos para hallar los cuerpos, los resultados fueron nulos. No eran capaces de señalar un lugar que pudiera contener una fosa común .

Hasta que uno de los miembros del equipo hizo una propuesta diferente: volar un dron equipado con una cámara térmica, diseñada para detectar cambios en la temperatura del suelo, y así saber si había cuerpos enterrados en aquel lugar.

Tras varios vuelos

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