Cuando era niña, el padre de Jane Goodall le regaló un chimpancé de peluche al que ella llamó Jubilee. Como reconoció años después, aquel juguete marcó el inicio de un profundo vínculo que la acompañó para siempre. Durante muchos años, Jubilee la observó con sus grandes ojos inmóviles desde un rincón de su habitación, inspirándola en silencio mientras ella soñaba con viajar al continente africano y vivir entre aquellos seres tan parecidos a nosotros que tanto la fascinaban.
Nacida en Londres en 1934, durante la infancia pasaba horas observando insectos, pájaros y leyendo libros de aventuras, especialmente de Tarzán, el "hombre-mono" criado por gorilas, cuyas historias le inocularon definitivamente el veneno de África en el corazón. En su juventud, su familia no pudo permitirse que ella fu