Hace más de tres décadas, en 1991, Pablo Escobar, el capo de capos se le entregó al Padre García Herreros gracias a una ley de sometimiento a la justicia firmada en el gobierno de Cesar Gaviria. Puso sus condiciones entre éstas, la cárcel donde permanecería con sus pistoleros de confianza.
Calculó todo. Acordó con el alcalde de Envigado la construcción de la edificación en un terreno adquirido por él en el cerro de la Paz. El cerro formaba parte de la geografía de su infancia. Aledaño al barrio del mismo nombre en Envigado, a donde llegó la familia en 1961 después de haber vivido en El Tablazo y Titiribí, Pablo Escobar lo conocía de memoria por aquellos paseos juveniles que no olvidaba y que le sirvió de escondite en muchos momentos de la guerra contra el gobierno. Allí quedaba la tradici