La espirulina es un superalimento popular por sus beneficios nutricionales, pero no todas las personas pueden consumirla de forma segura. Aunque suele considerarse segura en dosis moderadas, su ingesta puede provocar efectos adversos en ciertos grupos. Personas con enfermedades autoinmunes, alergias, fenilcetonuria o que estén embarazadas deberían evitarla o consultar con un profesional de salud antes de consumirla. Además, algunos suplementos pueden estar contaminados con toxinas peligrosas como microcistinas, lo que representa un riesgo para el hígado y el sistema nervioso.
Según el estudio publicado en ‘Pharmaceuticals’, también se debe tener precaución si se toman anticoagulantes o medicamentos para la glucosa, debido a posibles interacciones. Por ello, es fundamental conocer quiénes