La Cubana hace reír. Y si a veces consigue que el público llore, es de tanto reír. Ahora, después de más de cuatro décadas llenando los teatros con grandes éxitos, también emociona. Su último espectáculo, L’amor venia amb taxi, estrenado este martes en el teatro Romea, es un homenaje con mayúsculas al teatro de aficionados. La historia se sitúa en el año 1959 y, en un maratón de dos horas y media sin interrupción, repasa grandes números de la época en catalán. Seguro que no ha sido tarea fácil hilvanar todas esas canciones, pero el resultado es celebrado por un público entregado. En la función de estreno, una Emma Vilarasau emocionada declaraba: “Venimos de esto”. Los espectadores que estaban cerca de la fila 14 impares tuvieron doble espectáculo, porque Mont Plans, Mercè Comes y Sílvia
La Cubana emociona, por La Mirilla

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