El republicano anuncia un plan de ayuda a los productores con “una pequeña parte” de lo recaudado con los aranceles
El golpe propinado por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a las reglas del comercio mundial no es inocuo. La guerra arancelaria desatada el pasado 2 de abril contra todos sus socios comerciales está teniendo efectos colaterales para los agricultores estadounidenses.
Estados Unidos ha sido tradicionalmente el primer proveedor de grano de China. Pero tras las disputas comerciales entre los dos gigantes, Pekín ha aumentado sus compras en los mercados de Brasil y Argentina.
Este movimiento está afectando a los granjeros estadounidenses, sobre todo los que tienen grandes latifundios con plantaciones de soja en el Medio Oeste, que ven como su negocio se derru