El campo de batalla naval ya no es lo que era. La irrupción de enjambres de drones, la guerra electrónica y la ciberseguridad se han convertido en las claves de cualquier conflicto moderno. Ante este escenario, la Armada española ha puesto en marcha un ambicioso plan para que la columna vertebral de su flota, la clase Álvaro de Bazán, no se quede atrás y pueda hacer frente a las amenazas que se perfilan en las próximas dos décadas. Esta evolución no es una hipótesis lejana, como demuestra la aparición de prototipos como , que ya se encuentra en fase de pruebas.
En concreto, el programa se centra en modernizar las cinco fragatas F-100 para extender su vida operativa hasta el horizonte del año 2045. Se trata de una operación de gran envergadura respaldada por una prefinanciación ya apro