Un grupo de estudiantes de quinto grado tenía previsto partir desde Rada Tilly a Puerto Madryn en el marco de un viaje escolar. Sin embargo , casi a último momento, el viaje debió suspenderse. ¿El motivo? Los padres de un colegio decidieron contratar de forma particular un control de sustancias tóxicas y dieron positivo para un chofer y para una coordinadora.

Es que, si bien es una práctica recomendada y, en muchas jurisdicciones, una exigencia legal para prevenir accidentes y garantizar trayectos seguros, la empresa encargada del servicio no realiza controles de consumo de drogas y alcohol de forma sistemática, sino que solo realiza controles aleatorios.

“El examen lo pidieron los padres, pagaron por él aparte y gestionaron los controles. No es algo que haga el colegio ni la emp

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