Joan Laporta salió muy decepcionado con la derrota del Barça frente al Paris Saint-Germain, como es lógico. Esperaba obtener un buen resultado y que el equipo diera un golpe encima de la mesa, venciendo al actual campeón de la Champions League, y confirmándose como el gran favorito al trofeo. Además, confiaba en poder aprovechar las numerosas e importantes bajas que Luis Enrique tenía, de piezas clave como Ousmane Dembélé o Marquinhos.
Pero los pupilos de Hans-Dieter Flick perdieron su primer partido este año, y de la forma más dolorosa posible, con un gol encajado en el último minuto. No obstante, hay que reconocer que el equipo azulgrana dejó buenas sensaciones, en especial, durante la primera mitad, y tuvieron muchas ocasiones para ampliar la ventaja en el marcador. Y, precisamente,