
El mundo del videojuego da un nuevo paso hacia la narrativa cinematográfica con el lanzamiento de Ghost of Yotei , la esperada producción exclusiva para PS5 desarrollada por Sucker Punch. Este título —conceptualmente heredero del exitoso Ghost of Tsushima (2020)— no solo consolida la madurez estética y técnica del estudio, sino que explora nuevas dimensiones temáticas y emocionales: una historia de venganza, cultura ancestral y redención en el Japón de principios del siglo XVII .
El espíritu de Kurosawa, la furia de Tarantino
“Si Akira Kurosawa y Quentin Tarantino hubieran creado juntos un videojuego, el resultado se parecería mucho a Ghost of Yotei ”, ha resumido su director creativo, Nate Fox. Y no es una exageración.
La narrativa, dividida entre presente y pasado jugables, sigue a Atsu , una joven guerrera Ainu que, tras el asesinato de su familia, inicia un viaje marcado por la venganza. En un guiño directo a Kill Bill , el tutorial abre con Atsu confeccionando una lista de enemigos a eliminar, todos implicados en la masacre que la dejó huérfana. El escenario, tanto físico como emocional, gira en torno al monte Yotei , volcán real de 1.900 metros ubicado en Hokkaido, que actúa como eje visual y simbólico de la aventura.
Cultura Ainu, fantasmas y respeto por lo espiritual
Uno de los logros más celebrados del título es su respeto por la cultura Ainu , un pueblo originario del norte de Japón históricamente ignorado por la ficción comercial. Atsu representa no solo la figura del ronin , sino también la del Onryo , los clásicos fantasmas vengativos del folclore nipón.
Sucker Punch, con apoyo de asesores culturales y la supervisión de Sony Japón, ha recreado con fidelidad el lenguaje, los ritos religiosos, los atuendos y la cosmovisión naturalista de los Ainu. En este contexto, el lobo que acompaña a Atsu no es un simple “mascota”, sino un ente espiritual vinculado a su identidad y su misión.
Una experiencia sensorial y técnicamente sublime
A nivel técnico, Ghost of Yotei representa un salto visual dentro del catálogo de PS5 . Las animaciones faciales, la iluminación dinámica, los efectos atmosféricos y la reactividad del entorno (como árboles que se desgarran al paso del jugador o nieve que se comprime con realismo) rozan el hiperrealismo. El uso del DualSense es sobresaliente: el jugador puede “sentir” el choque de espadas, tocar instrumentos tradicionales en la pantalla táctil o dejarse guiar por el viento, que actúa como brújula poética.
Uno de los momentos más celebrados del juego, ya viral en redes, es la escalada hasta la cima del monte Yotei . Diez minutos de ascensión en condiciones climatológicas extremas, convertidos en un ejercicio de contemplación visual y sonora. Desde la cumbre, se desbloquea un punto de viaje rápido y se activan nuevas misiones, pero el verdadero premio es la vista: un homenaje al asombro digital.
Libertad, combate elegante y sangre como expresión artística
El título se desmarca por ofrecer un mundo abierto “curioso”, no invasivo . El jugador decide dónde ir, qué explorar y cómo afrontar los enfrentamientos. El combate, aunque brutal, está coreografiado con precisión casi teatral. La violencia, muy explícita, nunca cae en la gratuidad, y alcanza un nivel de estetización —especialmente en zonas nevadas— que recuerda más al arte japonés clásico que a un hack and slash tradicional.
“Queríamos que los jugadores decidieran su propio camino, no seguir un mapa dictado por el juego”, resume Fox. “La exploración nace de la curiosidad, no de la obligación”.
Una nueva cima para la narrativa interactiva
Con una calificación media de 9/10 en la crítica especializada, Ghost of Yotei no es solo una superproducción, sino un homenaje interactivo a la tradición japonesa, al cine de autor y a la evolución del videojuego como medio narrativo y cultural .
Ya disponible en exclusiva para PS5, el título no solo promete horas de juego, sino una experiencia estética, emocional y sensorial que permanecerá en la memoria de quienes lo vivan.