Cuando Joe Biden llamó a Kamala Harris para decirle que abandonaba la carrera presidencial de 2024, le informó que faltaban solo unos minutos para anunciar su decisión al mundo. Era una tarde de domingo a fines de julio, aún no había pasado un mes desde que un Biden deslucido y débil protagonizó un debate apático frente a un Donald Trump enrojecido y colérico. Durante más de tres semanas, Biden había resistido las demandas para que se retirara, y Harris asumía que persistiría. Pero luego él contrajo Covid y ella recibió la llamada.

Harris quedó inicialmente desconcertada por el repentino cambio de Biden, incluyendo su determinación de apresurarse a hacer un anuncio. “Dame un poco más de tiempo”, pensó. Llevaba ropa cómoda y acababa de servir panqueques a sus sobrinas nietas. Pero,

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