Tres semanas después del incendio de un camión con gas licuado de petróleo que dejó una treintena de muertos en la capital de México, el gobierno federal reconoció fallos para hacer cumplir las normas de seguridad en este tipo de transporte y anunció reglas nuevas que implican, entre otras cosas, más vigilancia y la obligatoriedad de que de los camiones cuenten con controladores de velocidad.

“En pocas palabras, antes no había inspección, ahora va a haber inspección”, reconoció el jueves la presidenta Claudia Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina.

El 10 de septiembre un camión cargado con casi 50.000 litros de gas licuado de petróleo perdió el control al entrar en una curva a exceso de velocidad, según la fiscalía, e impactó contra varios muros de una autopista a su paso ba

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