Frecuentemente escucho con inquietud cómo algunos ejecutivos dicen que resolverán un problema de su negocio con la sigla tótem: IA , para luego escuchar, ya con verdadera preocupación, cómo profesionales con sólidos conocimientos en IA les dan la razón.

En la era de la disrupción digital, la inteligencia artificial se ha convertido en el estandarte de la innovación tecnológica. Sin embargo, su implementación en muchos sectores revela una tendencia alarmante: el uso de la IA como herramienta de remediación más que como catalizador de reinvención. En lugar de despensar los procesos (“Despensar: bienvenidos los incoherentes”, Gestión, 18 de agosto de 2021), se remiendan errores sistémicos con algoritmos sofisticados, perpetuando ineficiencias bajo una capa de ap

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