La Avenida Corrientes, un miércoles a la noche, se transformó en un ritual rolinga. Frente a la marquesina del Teatro Broadway no había alfombra roja, sino vereda tomada: grupos de amigos con camperas gastadas de los Stones, banderas argentinas con la lengua icónica pintada a mano y la infaltable previa de birras compartidas en botellas de litro. La excusa era de lujo: Bernard Fowler , la voz que desde hace más de tres décadas acompaña a Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood , llegaba a Buenos Aires para celebrar 35 años de música y amistad.

Adentro, el teatro se fue llenando de un público mayoritariamente “stone de la vieja escuela”, los que vieron a los Rolling en River en los 90 y todavía conservan las mismas ganas de saltar. Apenas pasadas las nueve, Fowler salió a esc

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