Por Matías Sánchez

Donald Trump ha hecho un uso singular y muy efectivo de las comunicaciones masivas, especialmente de aquellas que combinan inmediatez y espectacularidad. Su relación con los medios tradicionales ha sido ambivalente: por un lado, los ataca como mentirosos, por otro, depende de ellos para amplificar su mensaje y convertir cada polémica en un ciclo noticioso en su rededor. En sus inicios televisivos, cultivó desde The Apprentice una figura de líder fuerte y empresario exitoso, moldeando un personaje político antes de entrar en campañas por el poder.

En el espacio digital, sus cuenta de Twitter y luego Truth Social se transformaron en un arma de comunicación directa, rompiendo intermediaciones periodísticas y marcando la agenda en tiempo real. Trump convierte las redes

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