La vida de Sabela cambió a los 15 años cuando recibió un diagnóstico poco común: atrofia muscular espinal tipo 2 , una enfermedad degenerativa que debilita los músculos progresivamente y obliga a quienes la padecen a vivir en silla de ruedas.

A pesar de las limitaciones, nunca dejó que la enfermedad definiera por completo su destino. Hoy reconoce que los dolores y la debilidad muscular son parte de su rutina diaria, pero no de su identidad. “ La falta de movilidad y los dolores son constantes. Los músculos no sostienen los brazos y eso afecta también a las caderas. Es difícil, pero trato de adelantarme dentro de mis posibilidades” , explica. Educación, esfuerzo y sueños Sabela acaba de graduarse en Educación Social en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria . Un logro que d

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