En una nueva escalada de su política de “mano dura” contra la delincuencia y la migración irregular , el gobierno de Donald Trump ha comenzado el despliegue de fuerzas federales en diversas ciudades de Estados Unidos consideradas “ciudades santuario” , como Portland , Chicago , Los Ángeles y Memphis . Estas medidas han encendido las alarmas entre organizaciones civiles, políticos locales y ciudadanos, quienes ven en esta estrategia una intervención con fines políticos.

Aunque desde la Casa Blanca aseguran que se trata de una respuesta necesaria para combatir el crimen y proteger instalaciones federales , muchos líderes locales advierten que estas acciones podrían aumentar la tensión en las calles y criminalizar aún más a las comunidades migrantes . Varios funcionarios

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