En el segundo año del Segundo piso de la Cuarta Transformación—que arrancó ayer–, la presidenta Claudia Sheinbaum tratará de deshacerse, políticamente hablando, de al menos una de dos “ex corcholatas”, si es que quiere llegar a las elecciones del 2027 con todo el poder político para designar a sus candidatos a puestos de elección popular.
No será Marcelo Ebrard a quien “le moche la cabeza”, a pesar de que durante la campaña presidencial del 2024 el “Carnal” se comportó como un verdadero “truhan” de la política, interponiendo denuncias ante la Fiscalía General de la Republica en contra de #EsClaudia”, porque estaba utilizando los programas sociales del gobierno de la Ciudad de México.
Y a pesar también de que presumía llevar 40 años entrenando en distintos cargos de la administración públ