En la última estación del tren que recorre Aichi, una de las 47 prefecturas en las que está dividido el país, Seto City invita a un singular festival de cerámica. Con una tradición milenaria en la disciplina –tendencia del arte contemporáneo global desde la pospandemia– y un patrimonio de grandes hornos, este sitio incluso da nombre al término japonés para cerámica : setomono . Se hace difícil caminar entre la multitud, durante el fin de semana, armada con paraguas por los obstinados chaparrones del fin del verano, los gazebos con menaje de alta factura a precios accesibles y los puestos de comida al paso, que sirven desde pulpo asado a mandarinas en gajos.
La advertencia de los agentes turísticos sobre una ciudad “extremadamente atestada” durante el festival este año se potenció. Set